El sábado a las 19:40 abandoné Madrid con TODO lo que había almacenado en Madrid durante los últimos 5 años y especialmente los casi 3 años en el piso. Es decir, muchísimos trastos.
Al final lo pudimos llevar todo en furgoneta en un sólo viaje, pero esta sorpresa de última hora no me permitió despedirme de una de mis compañeras de piso, ni dejar preparada toda la documentación para que me matriculen en septiembre.
Llevaba varios días deseando dejar Madrid, pero cuando llegó el momento me hice la remolona y recogí todo lo que no habia metido en cajas con una tranquilidad pasmosa. De esto fui consciente cuando ya me iba. Me voy con tristeza de Madrid, más que nada porque puede significar el fin de un ciclo. Puede que ya no vuelva a vivir allí y no sé con qué personas perderé el contacto y con cuales seré capaz de mantenerlo, aunque nunca se sabe.
Lo único que no echaré de menos es el calor aplastante de Madrid el cual
Alma llama en su blog macrosauna, jeje. En Soria, el poco aire que sopla no es caliente.