Camino a San Fermín el pasado fin de semana hice un intercambio con mis padres en la parada de Soria: maleta por documentación de la Universidad de Islandia.
En el autobús lo abrí con ímpetu y en una hoja me daban mi nueva dirección desde el 1 de agosto:
Grettisgata 46 y el nombre de mi casero:
Halldóra con su e-mail y teléfono. Es una habitación amueblada con acceso a baño, cocina y otras facilidades (que tenga lavandería o algo parecido cerca, que aún no me imagino de paseo por la ciudad con la bolsa de la ropa sucia) Es compartido con otros estudiantes. Además me informan del precio, que es bastante parecido al de una residencia que no suele ser lo normal ya que los pisos son más caros según la información que me dan en otros folletos la propia universidad.
Me dan información además sobre cómo llegar al piso desde el aeropuerto y el servicio "Student contact-person system" que consite en que me darán información sobre la Universidad y la sociedad islandesa e introducirme en la vida islandesa en general si así lo solicito.
La carta finaliza informando sobre la reunión de nuevos estudiantes que será el
2 de septiembre a las 15:00 en Hatidarsalur, edificio principal de la Universidad de Islandia.
Le mandé al casero un e-mail para confirmarle mi día y hora de llegada y le pregunté si tenía sábanas, mantas e Internet. No necesito llevar sábanas porque tienen pero no tienen Internet en el piso pero que usan los ordenadores de la facultad y la biblioteca. La que me habían dicho por carta que era el casero, era mi compañera de piso (Marmota se dio cuenta que en la carta usaban el posesivo
her) y que había otra chica más y un perro en el piso. No me he atrevido a preguntar que tipo de perro es, pero nunca me han enseñado a querer a los animales ya que mi madre es de la opinión que ya tiene bastante con 4 (los hijos y el marido), así que me va a tocar aprender a convivir con uno de los que andan a 4 patas.
Además se van de vacaciones del 3 al 17 de agosto (les he pedido que me dejen un manual de supervivencia) y han insistido en ir a buscarme al aeropuerto. En sucesivos correos electrónicos me he enterado que tienen 20 años y que Halldóra estudia Enfermería y Helga Ingeniería Civil.
Por una parte estaré a mi aire los primeros 15 días, pero por otro lado no tendré a nadie en casa para preguntarle lo que se me vaya ocurriendo. Además sin convivencia será más difícil decidir si me cambio durante el curso a residencia de estudiantes o me quedo en el piso.