Llevo 5 días en Reykjavik y he hecho tantas cosas que no he tenido tiempo de redactar todo lo que me ha pasado que ha sido maravilloso y eso que un montón de líneas de WIFI convergen en mi casa y una sobre todo con calidad excelente. Empecemos por el principio.
El miércoles empezó el curso de islandés. Es un idioma muy complicado aunque hemos comenzado con conocimientos básicos como el abecedario, los números, saludos de presentación, de dónde soy y verbos básicos. Yo que sólo "sé" inglés se me hace extraño estudiar un idioma que tiene declinaciones, acostumbrada al inglés que todo es igual y que sólo tienes que pensar en que tiempo verbal estás hablando (a grandes rasgos).
Pero bueno, es una excusa perfecta para conocernos todos los Erasmus que hemos venido antes a hacer el curso de islandés, ya que si directamente hubieramos comenzado las clases hubiera sido más complicado conocer a la gente.
En los descansos hay té, leche y café gratis para todo el que quiera y hemos descubierto que en los supermercados y bancos dan gratis para que la espera sea más liviana.
Después de la clase el miércoles nos fuimos a hacer el carnet de identificación islandés a la oficina de estadística, que es indispensable para todos los extranjeros que vayan a vivir por un tiempo aquí. El jueves intentamos matricularnos pero sin ese número es imposible.
Como estos días estoy sola he convertido el piso en cuartel general para vaguear o comer en grupo. Montar fiestas, por ahora, prefiero no hacerlas a ver si se rompe algo y no es mío y no me gusta limpiar y menos tras una fiesta un domingo.
Aunque siempre acabamos siendo un grupo bastante internacional el groso del grupo lo formamos españoles y somos los que menos inglés sabemos, por lo que hay momentos en que terminamos hablando en castellano y nos hemos dado cuenta de que eso les molesta y que incluso a veces pasan de nosotros asi que ahora nos pasamos todo el día "in English please". Ya he conocido suficientes nacionalidades para crear un chiste de europeos u internacional: alemanes (colonia tanto o más numerosa que la española), franceses, austriacos, daneses, italianos, canadienses y por supuesto islandeses.
El jueves, además del intento fallido de matricularnos fuimos a la oficina de relaciones internacionales para ver cómo se resolvía lo de buscarme un médico, ya que por correo electrónico me dijeron que ellos me ayudarían a buscárlo. Con un par de llamadas todo resuelto, esa misma tarde tenía que ir a una clínica a hacer un pago y el médico decidiría que hacer conmigo. Mientras, una chica española preguntó por algún trabajo de dar clases de español y le han apalabrado un trabajo de 2 horas a la semana dando clases de español a niños de 13 años. Creo que en mi próxima visita me apuntaré a algo parecido.
En el médico descubrí que mi vocabulario médico me sobrepasa y agradecí que la chica de recepción supiera castellano (algo más común de lo que me esperaba), para que me quedaran claras las cosas. Lo único regular fue que el médico no tenía un inglés muy fluído y no siempre le entendía. La broma ascendió a 2500 kr (el doble en pesetas) que correspondieron a darme de alta en el médico y la extracción que tendría que hacerme al día siguiente en el hospital, que terminó siendo fantasma porque no lo encontré (pero no pasa nada porque se lo comenté a mi profesora de islandés y el lunes me lleva sin falta en su coche)
Un último apunte; la gente que se ha puesto en contacto conmigo me ha sorprendido con una pregunta: ¿estás contenta? Tras tanto tiempo sintiendo que tenía que justificar el venirme a estudiar un año a Islandia me ha llamado la atención. Pero la respuesta es sí. Estoy muy contenta, muy a gusto y todo el día muy ocupada con cosas que hacer. Por ahora, la gente que he conocido es muy maja y creo haber encontrado un par de personas como confidentes, aunque por ahora me guardo algunas cositas para mis divagaciones internas, que tengo que asimilar todo lo que me está pasando.