Ayer sábado se celebraban los cumpleaños de tres Erasmus. Primero hubo una cena para los más allegados y después una fiesta de cambio de sexo. Como rezaba el sms que recibí: ...U must be dessed like the opposite sex... Sonaba divertido, pero es una fiesta en el que los tíos se lucen más porque el cambio es más radical. Tras pensarlo al final me puse un pantalón de obra de una de mis compañeras de piso y una camiseta que tengo con el símbolo del metro de Londres.
Me tocó maquillar a 4 chicos. Alguno sentía que su virilidad salía dañada por lo que mientras se dedicaban a beber chupitos. Fue divertido y la verdad es que iban las más guapas de todas; aunque alguna pareciera una mujer culturista por sus cuerpos... (no pidais fotos porque nunca serán publicadas)
A la una, como esperábamos, la fiesta acabó por las normas de esa residencia de estudiantes. Empezamos a recoger mientras algunos islandeses miraban asombrados nuestro aspecto desde la puerta principal. Por un
quítame allá esas pajas el ambiente se caldeó y se llegó a las manos. De camino a la guesthouse para recoger mis cosas estuve discutiendo con uno de ellos, me dijo que soy mujer y no lo entiendo. No sé si será porque soy mujer, pero nunca se me pasa por la cabeza la opción de llegar a las manos cuando tengo que tomar una decisión, como le espeté si así solucionas un tontería cómo te enfrentarás a un problema grave.
Lo último que me dijo cuando me iba a casa en vez de quedarme con ellos un rato fue que no entendía que estuviera enfadada. Le dije que no estaba enfadada. Hoy creo que estaba defraudada. No siempre las personas son como crees que las conoces y ya somos mayores para dejarnos influenciar por otros.