No sé como lo hago pero con cierta frecuencia me pasa algo cuando tengo que volar y esta vez se ve que tocaba. Me equivoqué y cogí el carné de conducir en vez del pasaporte. Tras suplicar, comprobar mis datos en inmigración, recordar que en el bolso de la maleta llevaba una fotocopia del
DNI que me habían robado y la copia de la comisaría de cuando me robaron me dejaron volar a Londres porque iba a estar de tránsito, pero que fuera a preguntar en cuanto llegara. Se ve que a Copenhague si que podía volar con el carnet de conducir pero a Londres me ponían muchas pegas porque allí no aceptaban ese documento.
El vuelo, hasta que me dormí, tranquilo. Fue una lástima no tener la cámara de fotos porque se veía todo precioso y además lucía un sol radiante ya escondíendose (16:00) Al llegar en Londres al enseñar la documentación que llevaba me hicieron esperar a comprobar algo por teléfono; pero finalmente me dejaron entrar en el país. Al recoger la maleta me encontré a un belga que conocía de vista de Reykjavik con el pasar la noche prácticando inglés.
Una vez acomodados fui a Ryanair a preguntarles si habría algún problema en llegar a España. Me dijeron que no podía volar pero que esperara al encargado. El encargado me dijo que el carnet de conducir no era válido para viajar y que necesitaba el DNI o el pasaporte y que aunque tenía lo de la policía necesitaba un salvoconducto de mi embajada que certificara que yo fuera española.
Fui a información (me echaron la bronca por dar la vuelta en vez de salir por la salida), conseguí el teléfono pero no podía llamar desde mi móvil español ni islandés por lo que fui a ver si me dejaban llamar desde sus teléfonos. Volvieron a llamar al mismo encargado amargado que me miró mal por volver a la carga. Le dije si me podían mandar el pasaporte por fax; si me lo podían enviar por correo urgente a una dirección a Stansted; si podía usar un teléfono. Todo eran nos. Que tenía que ser el original, que para enviar el pasaporte tenía que usar un courier (envío de documentos urgentes) y que lo mirara por Internet y que los teléfonos del aeropuerto no funcionaban para hacer llamadas fuera del mismo. Le pregunté si me podía indicar al menos donde había teléfonos públicos, cuando viera como funcionaban ya cambiaría dinero.
Las cabinas permitían hacer llamadas con la tarjeta de crédito, asi que un quebradero de cabeza menos. La embajada estaba cerrada y me daban toda la información necesaria por teléfono. Les dejé mi nombre y teléfono para que se pusieran en contacto conmigo. Al volver donde estaba el belga, mientras curioseaba los horarios para llegar a Londres en autobús por si tenía que ir me llamó mi madre. Le dije que estaba en Londres y que la iba a llamar desde una cabina ahora, pero que tenía que colgar porque se me iba a acabar el saldo del móvil si hablaba con ella. Hablé un momento con el Belga y me fui a una cabina a explicar lo ocurrido a casa.
El consejo del belga era siempre el mismo "think to manage" y mi mente se imaginaba a Luis Moya diciéndole a Carlos Sáinz el famoso "trata de arrancarlo". Encendí el portátil para navegar por Internet. Había dos hotspots pero me pedían que hiciera login. Acostumbrada a la barra libre de wifi en Reykjavik esto me pareció tercermundista (al llegar a casa leí que había wifi entre la puerta 41 y el smoking point). Fui a buscar las empresas que daban línea para ver si había alguna forma para que me dieran el usuario y contraseña; pero nada.
Mientras hablaba con el belga me llamó la consul. Ella no entendía que me hubieran dejado entrar al país pero que ahora no me dejaran abandonarlo. Me dijo que volviera a intentarlo con el cambio de turno pero que este tipo de compañías eran muy estrictos con la documentación. En esos momentos ella no podía hacerme el pasaporte porque la embajada estaba cerrada, ella no estaba en Londres y en una hora se acababa el transporte. Así que me fui a por libras y a hacerme las fotos. A las 5 volví a intentarlo pero me dijeron lo mismo que la noche anterior. Les pregunté por otro vuelo a España que saliera más tarde y el de Valladolid salía a las 13:30.
Dejé la maleta en consigna, compré el billete de autobús y a las 7:15 salí rumbo a Londres. Me dormí y me sorprendió que a las 8 empezara a salir el sol acostumbrada a las 10:30 de Reykjavik. Debido a la hora punta, llegué 30 minutos tarde pero disfruté muchísimo viendo el centro de Londres mientras llegábamos a Victoria Station y aún cansada me daban ganas de quedarme a volverlo a visitar. ¡Londres me encanta!
El personal de la
Embajada de España muy simpáticos y el conserje bromeando me dijo si había ido a cazar cachalotes. Tenían todo preparado y fue muy rápido todo. Volví en tren para no perder tiempo. En Stansted me encontré que el vuelo a Valladolid estaba lleno y me pusieron en standby y si alguna plaza no se cubría yo la ocuparía. Hubo suerte, reice la maleta de mano para que la facturara pesara alrededor de 15 kg. (17.1 kg. y no pagué) y a correr hasta llegar a la terminal. En unas escaleras mecánicas mandé un sms a mis padres para que salieran de casa rumbo a Valladolid porque tenía vuelo.
En la cola de facturación me puse a hablar con otros Erasmus de Inglaterra e Irlanda. Todos los tópicos de cada país eran comentados. En el avión la sobremesa continuó con la situación de España: el trabajo, los estudios, los pisos, los
mileuristas...
A las 22 de la noche llegué a Soria.